Como cualquier otro tipo de juego de mesa los niños aprenden a seguir unas reglas básicas por las que se rige el juego. En este caso son pocas y muy sencillas.
Al ser un juego en que cada jugador tiene su tiempo para jugar aprenden a esperar y a jugar cuando llega su turno, por lo que les ayuda a controlar su impulsividad y ansiedad.
Además tanto si jugamos con el dominó clásico como con uno de formas y colores les proporciona conocimientos sobre matemáticas ya que deben aprender a contar los puntos que tiene cada ficha o las formas o figuras.
Aprenden, jugando a dominar sus emociones, la frustración de perder o la euforia de ganar. Recordemos que es igual de importante saber perder como saber ganar.
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